Dentro de las enfermedades que se suelen padecer en la tercera edad, una de las más comunes es la osteoporosis. Se trata de una patología caracterizada por el debilitamiento de los huesos, aumentando notablemente las posibilidades de fractura.
En este post, vamos a ver con profundidad qué es la osteoporosis, sus síntomas y tratamiento, entre otras cuestiones.
¿Qué es la Osteoporosis?
La osteoporosis es una enfermedad esquelética de carácter sistémico en la que existe una disminución de la masa ósea y un daño de la microarquitectura de los huesos. Por ello, los huesos se vuelven más quebradizos, con menor resistencia a los golpes y frágiles, aumentando el riesgo de sufrir fracturas.
Los huesos llegan a debilitarse tanto cuando se padece de osteoporosis que leves lesiones e incluso pequeños gestos como toser o agacharse pueden ser causas de una fractura. De ellas, las más comunes relacionadas con dicha enfermedad se contraen en la cadera, la columna vertebral o la muñeca.
Si bien es cierto que cualquier persona puede padecer osteoporosis, suele ser una enfermedad que aparece en los adultos mayores. Es más común en mujeres que en hombres y suele aparecer tras la menopausia.
Por cierto, en este artículo revisamos todas las enfermedades y patologías propias de la tercera edad.
Causas de la Osteoporosis
Nuestros huesos son tejidos vivos que constantemente se descomponen y se reemplazan. Cuando se padece osteoporosis, el proceso de generación de hueso nuevo es mucho más lento que la pérdida del hueso viejo. ¿Y por qué sucede esto?
A lo largo de nuestra vida se van produciendo distintos cambios metabólicos en el interior de nuestros huesos, entre ellos, la generación y destrucción de células óseas. Dichos cambios se encuentran ligados a factores como las hormonas, la alimentación, los hábitos, la actividad física y hasta la disiminución de vitamina D.
Comúnmente, a los 30-35 años, es cuando alcanzamos la cantidad máxima de masa ósea. Posteriormente, se inicia lo que se conoce como la pérdida natural de masa ósea.
En el caso concreto de las mujeres, suelen tener un pico de masa ósea menor que el del hombre, a lo que se le suma la aceleración de pérdida de hueso posterior a la menopausia.
Además, también influyen factores como los hereditarios y genéticos. Por ejemplo, las hijas de madres que padecen de dicha enfermedad, adquieren un volumen de masa ósea más débil que el promedio habitual.
Entre otras causas de la osteoporosis se encuentra la ingesta de algunos fármacos como los hormonales y que son utilizados para el tratamiento de cáncer de mama. De la misma forma, el hecho padecer otras enfermedades como las reumáticas, hepáticas o de insuficiencia renal pueden ayudar a padecer esta enfermedad.
Otras cuestiones que se vinculan con la osteoporosis tienen que ver con pautas y hábitos de salud básicos. Así, la falta de ejercicio, la desnutrición o patologías como el alcoholismo pueden estar detrás de la osteoporosis.
Si quieres saber más, en estos artículos os mostramos la importancia del envejecimiento activo o cómo tiene que ser la alimentación en las personas mayores.
Síntomas de la Osteoporosis
La osteoporosis es también conocida como la epidemia silenciosa porque no manifiesta ningún tipo de síntoma hasta que aparece el dolor proveniente de alguna fractura.
En ocasiones, hasta una fractura de la columna vertebral puede pasar desapercibida por lo que no produce síntomas, representando un riesgo por no disponer de la oportunidad de frenar la pérdida de masa ósea, aumentando la posibilidad de que se produzcan otras fracturas. Se asume que la baja intensidad de dolor o incluso su ausencia se deben a la instauración lenta del proceso.
En el caso de una fractura de columna vertebral, el paciente puede llegar a presentar un dolor agudo muy intenso cuando realiza esfuerzos leves, como la carga de un peso moderado. Esta contractura no permitirá que el paciente realice flexión o rotación de columna. La intensidad del dolor irá en descenso progresivamente en los siguientes tres meses.
Cuando se enfrenta una fractura de cadera, los expertos al evaluar que esta se produjo tras un traumatismo de baja energía, o cuando una persona está de pie y se cae, es considerado un síntoma de osteoporosis. Las fracturas de cadera tienen especial importancia ya que requieren intervención quirúrgica, ingreso al hospital y una pérdida de calidad de vida del paciente al menos por un periodo de tiempo.
La fractura de muñeca está asociada con un traumatismo de baja intensidad, como una caída sobre la mano, y esta se encuentra relacionada a una densidad mineral ósea baja. En caso de que la persona sienta dolor en la muñeca tras una caída, con impotencia funcional, deben aparecer sospechas sobre la osteoporosis.
Prevención y Tratamiento de la Osteoporosis
Con el fin de reducir el número de fracturas por osteoporosis, es imprescindible tener en cuenta algunos de los consejos para prevenir dicha enfermedad.
Como medida generalizada se aconseja mantener hábitos saludables, entre ellos, una dieta rica en calcio, practicar ejercicio físico, acudir a suplementos de vitamina D y calcio (en caso de ser necesarios), eliminar el tabaco, y disminuir el consumo excesivo del alcohol.
Con respecto a la ingesta de calcio, la cantidad varía dependiendo de la edad. Sin embargo, muchos adultos necesitan de 1.000 a 1.500 mg al día, dicha ingesta se puede realizar por medio de alimentos como la leche y sus derivados o por medio de suplementos.
De igual manera, la vitamina D es una sustancia primordial para el hueso y ésta se puede obtener por suplementos y por la exposición diaria al sol.
En lo que respecta a los tratamientos, éstos van a depender de cada paciente. Este tipo de tratamientos son constantes en el tiempo, debido a que es una patología a largo plazo.
Estos tratamientos son especializados en detener la pérdida de masa ósea, algunos de estos fármacos son los denosumab, los bifosfonatos (risedronato, alendronato, zoledronato), moduladores selectivos receptores de estrógeno (bazedoxifeno, raloxifeno) y estrógenos.
Otro tratamiento aplicado para la osteoporosis es el osteoformador, encargado de estimular la formación del nuevo hueso, como la teriparatida, así como el ranelato de estroncio, un fármaco mixto utilizado como tratamiento de esta enfermedad, que resulta tanto antiresorvetivo como osteoformador.
Eso sí, este tipo de tratamientos tienen que venir siempre evaluados y gestionados por especialistas como, en este caso, los reumatólogos, los cuales deben de analizar las características de cada paciente, sus factores de riesgo y sus antecedentes patológicos, para así elegir el fármaco adecuado.