Una caída, para casi cualquier persona, no supone ningún problema. ¿Cuántas veces se dan un trompazo los niños? ¡Infinitas! Eso sí, si hablamos de la caída de una persona mayor, cambia mucho la perspectiva.
Las caídas de las personas mayores pueden entrañar graves riesgos para su salud. Por eso, es necesario evitar, en la medida de lo posible, que una persona de avanzada edad se caiga. Además, en muchas ocasiones, se tratan de caídas evitables.
Aquí, os queremos hablar de todos estos aspectos, con el fin de reflejar la importancia para atender a este tipo de cuestiones.
Causas de las Caídas
Cuando hablamos de las causas por las que una persona mayor se cae con mayor frecuencia que una persona adulta, el envejecimiento tiende a estar detrás de ellas. Con el paso de los años, el equilibrio, sensibilidad en los pies y la movilidad o la fuerza de los músculos son peores.
A ello, hay que unir que una persona mayor tiene una mayor facilidad para desorientarse y que puede sufrir un mayor deterioro cognitivo. Así, lo que percibe y comprende, a nivel espacio-temporal, puede diferir notablemente de la realidad. Por si fuera poco, algunos de los medicamentos prescritos para las patologías que sufren muchos de ellos agravan esta falta de percepción.
De la misma manera, la visión tiende a empeorar con el paso del tiempo. Como puedes ver, se trata de una serie de alteraciones importantes que induce a un mayor número de caídas.
No todas las caídas en la misma persona obedecen siempre a la misma causa, al ser multicausal, la acción preventiva debe ser amplia, influyendo tanto en las causas intrínsecas, como las extrínsecas.
Causas intrínsecas de Caídas de Mayores
Cuando hablamos de las causas intrínsecas de una caída, nos referimos a aquellas en que es una caída que depende de la propia persona, no de factores externos que hayan podido influir como, por ejemplo, que el suelo esté resbaladizo por la lluvia. Cuando hablamos de estas causas, relacionadas con la vejez, podemos enumerar las siguientes:
– Edad: a mayor edad más riesgo.
– Salud general.
– Reducción de la movilidad.
– Actividad física.
– Antecedentes de caídas.
– Afecciones médicas: Parkinson, incontinencia, demencia, artritis, etc.
– Afecciones músculo-esqueléticas/ neuromusculares.
– Disminución de la fuerza en extremidades y de presión.
– Problemas en pies. Callos, deformidades.
– Articulaciones dolorosas.
– Afecciones sensoriales.
– Baja visión y percepción.
– Marcha /equilibrio.
– Anomalías de la marcha.
– Disminución de la velocidad.
– Balanceo postural.
– Disminución del equilibrio dinámico o equilibrio sobre una pierna
– Dificultad al levantarse de la silla.
– Psicológicas/cognitivas.
– Desorientación.
– Demencia.
– Confusión.
– Alteración de la memoria.
– Medicación. Psicotropos, sedantes, analgésicos, narcóticos, hipotensores, diuréticos; que producen:
– Disminución del estado de alerta.
– Fatiga, mareo.
– Hipotensión postural.
Causas extrínsecas de Caídas de Mayores
En este caso, nos referimos a los factores externos. Conocer los factores potenciales de caídas y su identificación precoz puede evitar o reducir su número, como veremos más tarde. Entre estos factores, destacan los siguientes.
– Iluminación insuficiente.
– Suelos deslizantes, mojados o irregulares.
– Desorden.
– Mal diseño de escaleras.
– Alfombras o felpudos mal fijados.
– Cables y alargaderas sin fijar.
– Falta de existencia de barandillas en pasillos y escaleras.
– Falta de dispositivos de seguridad: cinturones, barandillas en las camas.
– Sillas y mobiliario en mal estado.
– Tipo de calzado.
– Acceso difícil al timbre de llamada o al baño.
– Pijama demasiado largo.
Consecuencia de una Caída en Personas Mayores
Las consecuencias de sufrir una caída en una persona mayor pueden ser realmente graves. Principalmente, esto se debe a que una persona mayor tiene una fragilidad ósea mucho mayor que una persona de mediana edad, por lo que existe un mayor riesgo de fractura.
En este tipo de casos, el tiempo de recuperación de una persona mayor, ante una fractura, es mucho mayor. Más aún, hay ciertas lesiones provocadas por una caída que pueden marcar una antes y un después de una persona mayor, como sucede con las lesiones de cadera.
La calidad de vida, tras una lesión de cadera, es mucho peor. Sin embargo, lo más grave es que existe una clara relación entre la lesión de cadera y el aumento de mortalidad. Es más, algunos estudios hablan de que la probabilidad de muerte de una persona mayor de 60 años se triplica el primer año tras la fractura de cadera.
En estos supuestos, también merece especial atención los traumatismos craneoencefálicos y que pueden causar, desde pequeños problemas pasajeros de memoria a un síndrome postconmoción e incluso la pérdida de conocimiento.
Además, hay que tener en cuenta que muchas personas mayores no tienen la capacidad para ponerse de pie, por sí solos, tras una caída. Esto puede traer diversas consecuencias, agravando cortes o fracturas sufridas, ya que se tarda más en atender a las lesiones.
También hay que valorar el coste psicológico que puede tener una caída para una persona de avanzada edad. Muchas personas pueden empezar a tener miedo o padecer ansiedad después de una caída. Además de los problemas que puedan causar a nivel psicológico, en ocasiones esto hace que la persona se vuelva más dependiente.
En realidad, es “la pescadilla que se muerde la cola”. Las molestias y dolores que padecen habitualmente las personas mayores, junto con la depresión que por diversos motivos les suele acompañar y el miedo a caerse, ocasionan una disminución de la actividad física.
Esa disminución de la actividad física conduce a una pérdida de tono muscular, equilibrio y capacidad de los sistema cardiorrespiratorios que generan cansancio, dificultades de movilidad, molestias y por tanto se traduce en menos actividad todavía.
Ese ciclo va aumentando la fragilidad de los mayores frente a las caídas y agrava las consecuencias de las mismas en caso de que se produzcan, ya que su reacción ante una caída es lenta y débil.
Prevención de Caídas en Personas Mayores
Ante los riesgos y consecuencias de sufrir una caída, por parte de una persona mayor, está claro que es necesario prestar especial atención para que no suceda. Antes, hemos hablado de que las causas se deben principalmente al envejecimiento.
Entonces, ¿por qué decimos también que muchas de estas caídas son evitables? Pues bien, porque no se pone muchas veces el empeño necesario para evitarlo. De alguna manera, es como si habláramos de la prevención en riesgos laborales.
Ejercicio Físico
Hay que promover que las personas tengan una mayor fuerza. El ejercicio físico es una de las piedras angulares del envejecimiento activo, por múltiples razones. Relacionado con las caídas, si una persona mayor se encuentra en un mejor estado de forma, se reducen notablemente las consecuencias graves ante una caída.
Además, es menos probable que una persona mayor se caiga si hace ejercicio, debido a que mantendrá no solo un mayor tono muscular, también tendrá un mejor equilibrio y sensibilidad de las piernas y pies.
Adecuación de los espacios
Es necesario evitar cualquier tipo de obstáculos que puedan provocar una aparatosa caída. Por ello, hay que adecuar todos los espacios susceptibles de caída como, por ejemplo, el entorno de la cama. Así, es preferible no poner alfombras o posibles objetos con los que tropezar. Asimismo, sería necesario que la persona mayor tenga fácil acceso a un interruptor para poder encender la luz, antes de levantarse de la cama.
Si hablamos de espacios más amplios, como podría ser una residencia, la adecuación debe de incluir numerosos elementos.
Por ejemplo, la accesibilidad tiene que ser una prioridad, evitando escalones en la medida de lo posible, la adecuada iluminación de los espacios, instalación de barandillas en pasillos y escaleras, colocación de suelos antideslizantes, elección de mobiliario que reduzca los riesgos, etc.
Seguimiento Médico y Atención
Hay ciertas personas que pueden ser más propensa a caerse, como hemos podido ver. En este sentido, el seguimiento médico es clave. Haciendo un adecuado diagnóstico de este tipo de personas, se puede establecer una mayor vigilancia para este tipo de personas, por parte de los cuidadores.
Un equipo multidisciplinar, formado por servicio médico, fisioterapia, psicólogía, etc., deberá evaluar tanto las causas intrínsecas como las extrínsecas para cada caso particular. Gracias a ello, se podrán establecer las acciones de vigilancia, adecuación de espacios, medicación, ayudas técnicas, ejercicio, etc., más adecuadas para dicha situación concreta.
Asimismo, procurarán evitar la disminución de la actividad, que puede reducir el número de caídas a corto plazo al reducir la exposición, pero en un periodo más prolongado la falta de autoconfianza y pérdida de condiciones físicas sólo puede aumentar tanto el número de caídas, como su gravedad.
La formación del personal sociosanitario es fundamental, en este aspecto. De hecho, en Mecohisa disponemos de un curso específico sobre la prevención de caídas.
Como puedes ver, las caídas en personas mayores pueden entrañar graves problemas. Ahora bien, con la atención adecuada, muchas de estas caídas se pueden evitar.