El cambio brusco de temperaturas provoca en la tercera edad numerosos problemas. Por eso, el invierno es una estación compleja para las personas mayores. En este sentido, el frío es el causante de numerosas enfermedades y patologías que pueden ser especialmente graves para este segmento de la población.
Ésta es la razón por la que hay que extremar los cuidados de las personas mayores ante el frío. Precisamente, aquí os vamos a dar una serie de claves y consejos para proteger a las personas de avanzada edad ante las bajas temperaturas.
Ya sea en residencias o en el domicilio, es necesario extremar las precauciones ante esta problemática. Si estás interesados en ésta y otras cuestiones acerca del cuidado de personas mayores, en Mecohisa puedes acceder también a diferentes cursos del sector sociosanitario.
El Problema del Frío en las Personas Mayores
En primer lugar, vamos a ver por qué el frío afecta tanto a las personas de avanzada edad. Ya hemos comentado que las temperaturas extremas les afectan mucho más.
Principalmente, se debe a que trastocan notablemente el proceso de termorregulación de su cuerpo. Además, la piel de una persona mayor, mucho más delgada, hace que el frío penetre con mayor profundidad y, por lo tanto, les afecte mucho más.
Todo ello implica cambios en el cuerpo, en un mayor esfuerzo por mantener su temperatura. Además, el frío supone un descenso el sistema inmunológico, clave para hacer frente a numerosas enfermedades.
Las consecuencias de no protegerse correctamente ante las frías temperaturas se suelen ver a los días. Algunas de las enfermedades más comunes, durante esta época, son las neumonías, gripes y bronquitis, ¡por no hablar del maldito coronavirus!
Otro de los problemas es que una persona de mayor edad suele tener ciertas patologías previas que pueden agravar “simples catarros”. Así, hay ciertas afecciones respiratorias o cardiacas que se pueden ver complicadas por un resfriado común.
Las bajas temperaturas del invierno tienen graves consecuencias, como puedes ver. Tal es así que, en esta estación del año, aumenta la mortalidad en un 15%.
Consejos para el Cuidado de Personas Mayores ante el Frío
Ahora, os vamos a dar una serie de consejos destinados a paliar los efectos nocivos del frío en las personas de edad avanzada. Una serie de pautas con las que poder prevenir o paliar, en gran medida, las graves consecuencias de las temperaturas bajas.

Hacer Ejercicio
Da igual la edad a la que nos estemos refiriendo. Hacer ejercicio, a diario, es muy importante. Es la mejor forma de combatir el sedentarismo. En este caso, cuando nos referimos a personas mayores, hablamos de salir a pasear. Solo con eso, el cuerpo se activa y consigue retener el calor.
Gracias al ejercicio, se eliminan bacterias en las vías respiratorias, reduciendo las posibilidades de contraer una gripe o un resfriado, ¡pero hay más! La actividad física fomenta una mayor circulación sanguínea, lo que supone una mayor rapidez en los glóbulos blancos, por lo que mejora el sistema inmunológico.
Para que surta el efecto deseado, lo mejor es pasear al aire libre en las horas de mayor luz, cuando la temperatura es más agradable. Se recomienda pasear diariamente un mínimo de 30 minutos, para que el cuerpo consiga estar activado.
Alimentación en Invierno
Siempre hay que vigilar la alimentación de las personas mayores. De hecho, hace unas semanas abordamos este tema en este artículo . En invierno, puede ser una parte fundamental para mantener el cuerpo caliente y mejorar el sistema inmunológico, ¡y la alimentación puede ayudar en varios aspectos!
Por un lado, se debe de proporcionar una dieta con un importante aporte calórico. Así, los alimentos ricos en proteínas y carbohidratos cobran un gran protagonismo en esta época. Por eso, las sopas de fideos o arroz, las verduras, frutas y el pescado o huevo son ampliamente recomendados.
De la misma manera, los alimentos típicos calientes ayudan a mantener la temperatura corporal. Los caldos ayudan a conseguirlo, así como los tés en aquellos momentos en los que la digestión rebaja la temperatura del cuerpo. Para mantenerla, es mejor aumentar la frecuencia de comidas diarias y que sean más ligeras. Así, el aparato digestivo tendrá que trabajar menos.
¿Y qué hay de la hidratación? Pues bien, muchas veces se olvida que, haga frío o no, hay que mantener una hidratación adecuada. Recuerda, tienen que ser aproximadamente unos 8 vasos de agua al día. Por cierto, si piensas en el alcohol como “medio rápido” para entrar en calor, la realidad es que está totalmente contraindicado. Aunque dé sensación de calor, el alcohol es un vasodilatador, por lo que fomenta precisamente la pérdida del calor corporal.
Temperatura en el interior de la estancia
Cuando se encuentre en el interior y no se esté realizando ninguna actividad que pueda aumentar la temperatura corporal, hay que asegurarse que la temperatura de la estancia es la adecuada.
El sistema de calefacción tiene que estar en perfectas condiciones. No en vano, sobre todo si hablamos del cuidado en residencias, hay que ventilar todos los días, bajando notablemente la temperatura de habitaciones y otras estancias.
¿Y cuál es la temperatura ideal? Lo mejor es que se mantenga en torno a los 21º o 22º, nunca menos de los 20ºC.
Ropa de Abrigo
Estar abrigado es una de las principales premisas para que el frío no afecte a las personas mayores, ¡eso está claro!
Ahora bien, hay que tener en cuenta una serie de consejos a este respecto. Por ejemplo, al salir a la calle, es mejor abrigarse con varias capas de ropa más fina que no una capa muy gruesa, para no limitar los movimientos.
Hay que prestar especial atención a cubrir determinadas zonas. Por un lado, es necesario cubrir la garganta, uno de las zonas que más se pueden ver afectadas. También hay que tener especial cuidado en cubrir pies con calcetines gruesos y calzado de invierno, así como las manos, puesto que el enfriamiento de las extremidades puede provocar problemas de circulación sanguínea.
Vacunación e Higiene
Efectivamente, con la pandemia del coronavirus hemos sido más conscientes de lo importante que es la vacunación y, en especial, para aquellas personas de mayor riesgo. La vacuna implica una mayor protección de este grupo poblacional, en concreto.
Por ejemplo, la vacunación para la gripe siempre ha sido una recomendación para los meses de invierno en aquellas personas mayores a los 65 años.
Con esta pandemia, también hemos aprendido lo importante que es la limpieza e higiene. Pues bien, es un hábito que siempre hay que fortalecer, con el fin de evitar la proliferación de gérmenes y bacterias.
Hacer frente a la Soledad
En los meses más fríos, apetece salir menos a la calle. Es lógico. Muchas veces, esto conlleva una consecuencia: la pérdida de contacto. Con las temperaturas más frías, muchas personas tienden a aislarse y, por lo tanto, a sentirse solas.
La soledad es uno de los mayores problemas de las personas mayores, provocando patologías depresivas o ayudando a que algunas enfermedades se desarrollen con mayor facilidad, como sucede con el alzhéimer. Así, a pesar de los problemas climatológicos, es necesario mantener dicho contacto.
Cada una de estas claves, como puedes ver, tiene una gran lógica. Siguiendo todos estos consejos y aplicando el sentido común, podrás reducir los efectos negativos del frío en las personas mayores, ¡asegurado!